El comunicado de la Iniciativa “No pago”
La Vía Ática, en la que los habitantes de la cuenca del Ática – y sobre todo los trabajadores – se ven obligados a pagar un tributo de peaje de € 2.70 al día[1], debía haber sido entregada al Estado por los mega contratistas, aún teniendo como base de negociaciones el existente contrato inaceptable. Sin embargo, los mega contratistas con varios trucos, aparente concordantes con la letra de la ley, están alcanzando ocultar sus enormes beneficios, y los gobiernos de la Nueva Democracia y el PASOK se alternan en el Poder, pero hacen la vista gorda.
El contrato de concesión, firmado en 1996 durante el mandato del gobierno del PASOK, prevé que la explotación por los mega contratistas puede durar de 18 a 23 años (es decir de 2019 a 2024). No obstante, hay una cláusula, según la cual puede ser traspasada al sector público anteriormente a este plazo, siempre que se haya efectuado el reembolso de los préstamos y la devolución de los fondos propios (o sea del capital que se supone que ellos han puesto en la obra) con un rendimiento mínimo del 11,6%.
Según las cifras oficiales, la obra costó 1,3 billones de euros, de los cuales el 32% (420 millones de euros) fue pagado por el Estado griego, con la cofinanciación de la UE. Unos 675 millones fueron los préstamos contraídos por los contratistas con la garantía del Estado griego. Aproximadamente 175 millones fueron los fondos propios de los contratistas en la obra. Se les tenía que ser devuelto el Capital depositado con un rendimiento de 11,6%, o sea ganar 20,30 millones más, para que se retiraran.
Los beneficios exorbitantes…
Se estima que los ingresos totales de 8 años del funcionamiento de la Vía Ática han superado no sólo la cantidad de los préstamos y los fondos propios, ¡sino también el costo total de la obra! Exceptuando los dos primeros años (2001 y 2002) en los que la carretera no era utilizada entera y el tráfico diario no era superior a unos 36.500 vehículos, todos los demás años, los ingresos de los peajes crecían a un ritmo “loco”. En 2003 rayaron los 100 millones de euros, mientras que en 2004 superaron los 150 millones de euros. En 2005, por primera vez superaron los 200 millones, mientras que en 2008, con un tránsito diario medio de 301.000 vehículos, superaron los 300 millones de euros. En 2009 que el tránsito medio de vehículos fue aún mayor, ¡los ingresos procedentes de los peajes llegaron a un millón de euros al día!
…y el gran truco
Sin embargo, los contratistas sostienen que los ingresos se destinan sólo al pago de la deuda (de los préstamos) ¡y tampoco esto es cierto, porque se valen del siguiente truco: Los mega contratistas de la Vía Ática, además de la compañía «Vía Ática SA» han montado otras tres empresas, siendo la mayor la empresa “Rutas Áticas SA». Se trata de una sociedad de ingresos mixtos, en la que los mega contratistas participan con el 80% (el 20% pertenece a la compañía francesa Transroute), y que tiene la gestión de los peajes y sus ingresos se calculan sobre el precio del peaje. Esta empresa no sólo gana en la actualidad más de 23 millones de dólares, sino que distribuye a los accionistas la mayor parte de ellos. Sobre la base de sus presupuestos, en 2005 repartió entre los accionistas 11,6 millones de euros, en 2006 11,2 millones de euros, en 2007 15,7 millones de euros y en 2008 17,16 millones de euros. Si se suman estas cifras (55,6 millones), veremos que superan por mucho el rendimiento de los fondos propios, que vienen a ser unos 20,3 millones, o sea la cantidad requerida para que los mega contratistas se retiren de la obra
Existen, sin embargo, otras dos empresas:
La empresa “Telecomunicaciones Áticas SA”-mediante la cual (los contratistas) gestionan una red de fibras ópticas a lo largo de la Vía Ática-que tiene unos beneficios netos que oscilan (basándose en sus presupuestos) de 3,16 millones en 2005 a 4 millones de euros en 2008. Todo esto lo cobran los mega contratistas en forma de dividendos. La empresa “Estaciones Áticas SA”, a través de la cual gestiona las estaciones de servicio de autopista en Palini y Asprópyrgos, de las que también tiene beneficios netos, de los cuales una gran parte se les distribuye como dividendos a los mega contratistas. Sin embargo, los beneficios que sacan todas estas empresas, a pesar de ser distribuidos en forma de dividendos a estos contratistas, no cuentan en el 11,6% del rendimiento de los fondos propios, ¡porque son calculados como…”costos operativos” de la “Vía Ática SA”!
Así que con este truco los mega contratistas amplían el plazo del contrato porque les da la gana, obteniendo enormes beneficios a costa de la gente que utiliza la carretera. Es característico el hecho que, según una encuesta de la misma Vía Ática, realizada en marzo y abril entre 8.000 conductores, resultó, que esta carreta es usada principalmente por trabajadores y profesionales para ir y volver del trabajo, en un 73%. De hecho casi el 51% de los conductores paga el tributo de 2,70 euros (a la ida), recorriendo distancias cortas (hasta 15 kilómetros) de su longitud total, que son 65,2 kilómetros.
Esta “gran comilona” es admitida por los mismos contratistas. Es significativo que una de estas empresas, “Elinikí Tejnodomikí”, en 2005, antes de fusionarse con otras y surja la actual” Elactor”, en su presupuesto anual se citaba que si la obra no se entregaba al Estado antes de lo previsto, los ingresos totales de la gestión de la autopista llegarán a 6 mil millones, mientras que los mega contratistas griegos, junto con los franceses de Transroute, recibirán unos ingresos de los dividendos de 850 millones de euros, ¡o sea más de 4 veces más de lo citado en el contrato! Aquí hay que añadir que: En base a datos y denuncias, citados en la actualidad en fuentes oficiales de la UE, todas las obras han costado hasta 6 veces más que lo previsto. Es decir que la carretera en realidad ha sido construida a expensas del Estado griego, o sea con nuestro dinero. Está citado que la Vía Ática ha costado al menos tres veces más. Fue construida sólo con participación del erario público griego, es decir, sólo con nuestro dinero. Los contratistas y la compañía que está explotando la obra se están forrando a expensas de los contribuyentes, sin haber aportado en realidad ni un euro.
El Estado está indiferente y está fomentando su rentabilidad en perjuicio de nosotros. Sólo tenemos un remedio y una forma insustituible para detenerlos. ¡Quitamos las barras, no pagamos!
Un vídeo de la apertura del día 28 de enero:
http://www.youtube.com/watch?v=WZV6xea46BM&feature=player_embedded
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