Infancia y Juventud
Nació el 17 de marzo de 1901 en Chieti, en la región de los Abruzzos, Italia, a 180 kilómetros del este de Roma. Durante su infancia se vio fuertemente impactado por las imágenes de posguerra (Primera Guerra Mundial): hambre, pobreza y soldados mendigando en las calles. Severino empezó a rebelarse desde pequeño a cualquier tipo de autoridad. Autodidacta, en Italia ejerció de maestro sin título y tipógrafo. Se inició de joven en las ideas anarquistas con lecturas de Bakunin, Malatesta, Proudhon, Kropotkin y Eliseo Reclus. A la edad de diecinueve años quedó huérfano y en 1921 -a los veinte años- se entregó por entero a la militancia anarquista. En 1922 el fascismo de Mussolini se impuso en Italia y la censura y las persecuciones a los anarquistas obligaron a Severino a exiliarse con su familia a la Argentina.
Argentina
Llega a Buenos Aires en la última gran oleada de inmigrantes italianos. A ellos dirigiría Severino la mayor parte de su propaganda política y escritos, principalmente a través su diario más célebre 'Culmine', que escribía durante las noches ya que trabajaba como tipógrafo y obrero durante el día. Fue un momento propicio ya que muchos otros anarquistas italianos se organizaban en Argentina, siendo el país sudamericano donde las ideas libertarias más se propagaron. Los eventos retratados en La Patagonia Rebelde, película basada en el libro de Osvaldo Bayer, muestran la respuesta del gobierno a los insurgentes: la masacre. Di Giovanni también participa y protesta en actos en solidaridad por el arresto y homicidio de Sacco y Vanzetti en 1927. Gran parte de su estadía en Argentina la pasó prófugo, debiendo mudarse continuamente de un lugar a otro del país con su familia para evitar ser apresado.
Culmine
Periódico anarquista. Lo comenzó en agosto de 1925. Así sintetizaba Di Giovanni el objetivo de 'Culmine':
- Contrarrestar la propaganda de los partidos políticos seudorevolucionarios, que hacen del antifascismo una especulación para sus futuras conquistas por sufragio.
- Difundir las ideas anarquistas entre los trabajadores italianos
- Iniciar en el medio de los trabajadores italianos agitaciones de carácter exclusivamente libertario para mantener vivo el espíritu de aversión al fascismo.
- Interesar a los trabajadores italianos en todas las agitaciones proletarias de Argentina.
- Establecer una intensa y activa colaboración entre los grupos anarquistas italianos, los compañeros aislados y el movimiento anarquista regional.
Acción y bombas
Di Giovanni no se quedó en la teoría y los panfletos y no fueron sus escritos los que lo volvieron famoso sino su accionar violento. Él creía que era necesaria la 'revolución violenta' como se puede comprobar en este extracto del último mensaje que escribió en su celda pocas horas antes de ser asesinado:
[...]No busqué afirmación social, ni una vida acomodada, ni tampoco una vida tranquila. Para mí elegi la lucha. Vivir en monotonía las horas mohosas de lo adocenado, de los resignados, de los acomodados, de las conveniencias, no es vivir , es solamente vegetar y transportar en forma ambulante una masa de carne y de huesos. A la vida es necesario brindarle la elevación exquisita, la rebelión del brazo y de la mente. Enfrenté a la sociedad con sus mismas armas, sin inclinar la cabeza, por eso me consideran, y soy, un hombre peligroso.
Dentro de los atentados asociados a él, se encuentran: la voladura de la embajada de EE.UU. en Argentina (como consecuencia del asesinato de Sacco y Vanzetti), la voladura del "City Bank" en el centro porteño, y la voladura del consulado italiano en Buenos Aires (donde se hallaban reunidos los mejores hombres de Mussolini en Argentina) donde murieron siete fascistas, lo que provocó gran parte de la antipatía del resto de los grupos anarquistas y su condena en los periódicos. También participó en robos e hirió severamente a un policía desfigurándolo de un tiro en la cara. El mayor robo del que participó fue a un camión pagador por 286.000 pesos, lo que le permitió realizar su sueño de abrir su propia imprenta.
Captura y muerte
En su último panfleto Di Giovannni escribió
``Sepan Uriburu y su horda fusiladora que nuestras balas buscarán sus cuerpos. Sepa el comercio, la industria, la banca, los terratenientes y hacendados que sus vidas y posesiones serán quemadas y destruidas´´.
Esa fue la gota que colmó el vaso. A las pocas horas de su detención se dictaminó su sentencia y fue fusilado el día siguiente, el primero de febrero de 1931.
Pocas horas antes de ser fusilado pide un café dulce desde su celda. Lo rechaza al probar el primer sorbo: "Pedí con mucha azúcar... No importa, será la próxima vez" dice con humor ácido. Muere fusilado al grito de Evviva l'Anarchia! (Viva la Anarquía!).
Severino reposa actualmente en el Cementerio de la Chacarita
Bibliografía
- Bayer, Osvaldo. Severino Di Giovanni, el idealista de la violencia. Buenos Aires: Galerna, 1970.
- Noble, Cristina. Severino Di Giovanni, Pasión Anarquista. Buenos Aires: Ed. Capital Intelectual, 2006.
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